El año 2025 ha traído consigo cifras que hacen reflexionar. Más de 2,5 millones de migrantes han sido deportados o han decidido abandonar Estados Unidos, y las autoridades no dudan en calificarlo como un «logro monumental». Pero, ¿es realmente un logro cuando detrás hay historias humanas?
Según el Departamento de Seguridad Interna (DHS), alrededor de 600.000 inmigrantes ilegales fueron deportados en menos de un año, mientras que otros 1,9 millones se autodeportaron. “¡Un logro monumental!”, repiten desde la administración.
Reflexionando sobre las consecuencias
Poco después del anuncio, el Departamento de Justicia reveló planes para sumar decenas de jueces con el fin de acelerar estas deportaciones, una decisión que ha encendido alarmas entre grupos defensores de los Derechos Humanos. En sus palabras, estas operaciones son vistas como posibles violaciones a derechos fundamentales.
Y aquí es donde entramos nosotros: ¿cómo podemos aceptar esto sin cuestionarlo? El presidente Trump continúa su discurso insistiendo en eliminar lo que él llama «millones de admisiones de inmigrantes ilegales», arremetiendo contra aquellos que considera no aportan al país. Pero esta retórica solo perpetúa un ciclo dañino.
Culpar a los inmigrantes por la criminalidad o los problemas urbanos es tan fácil como injusto. Necesitamos ver más allá de las cifras y pensar en las vidas detrás de ellas. Cada número representa una historia, una familia dejando atrás su hogar por buscar un futuro mejor.

