La ceremonia del Premio Nobel de la Paz 2025 se convirtió en un momento muy emotivo este miércoles en Oslo. Ana Corina Sosa, hija de la valiente opositora venezolana María Corina Machado, subió al estrado para recoger el galardón en nombre de su madre. Y es que, a pesar de sus esfuerzos por llegar desde Venezuela, las circunstancias le jugaron una mala pasada.
El presidente del Comité Noruego del Nobel, Jorgen Watne Frydnesel, le entregó el diploma y la medalla de oro ante una ovación que retumbó en la sala. Entre los asistentes no podía faltar el rey Harald V de Noruega, quien también fue testigo del tributo a una mujer que lucha incansablemente por los derechos y libertades en su país.
Un viaje lleno de dificultades
Minutos antes del evento, el Instituto Nobel hizo público un comunicado aclarando que Machado no pudo asistir debido a «un viaje en una situación de extremo peligro». En una grabación telefónica compartida con todos los presentes, confirmaba que se encontraba bien y rumbo a la capital noruega. Esta ausencia solo resalta aún más su valentía; está obligada a vivir escondida pero nunca ha dejado de ser un símbolo para millones de venezolanos.
El jurado reconoció su «incansable esfuerzo» para lograr una transición pacífica hacia la democracia y destacó cómo ha logrado unir a una oposición que solía estar dividida. No cabe duda: el camino que ha tomado es inspirador y muestra lo mucho que se puede hacer desde la adversidad.

