Este pasado sábado, en su hogar de Bristol, nos dejó a los 73 años Martin Parr, un gigante de la fotografía británica. Su fundación ha sido clara: «Vamos a echar mucho de menos a Martin». Y no es para menos, porque sus imágenes han sido un espejo donde se han reflejado las alegrías y también las frustraciones de la clase media en Reino Unido.
Un legado lleno de crítica social
A mediados de los 80, con su obra The Last Resort, Parr se convirtió en un referente al retratar la vida cotidiana de la clase trabajadora en vacaciones, sobre todo en New Brighton, Merseyside. Pero su visión iba más allá del simple retrato; él supo captar el momento exacto donde lo trivial se convierte en universal. En los años 90, sus trabajos como Small World y Common Sense hicieron temblar los cimientos del turismo y el consumismo global.
No solo fue miembro destacado de la Agencia Magnum; entre 2013 y 2017 llegó incluso a ser su presidente. La pasión por contar historias a través del objetivo lo hizo un maestro indiscutible. A pesar del diagnóstico de cáncer que recibió en 2021, su legado perdura y seguirá inspirando a futuras generaciones. Martin Parr ya es parte de nuestra historia visual y siempre recordaremos cómo con una sola imagen podía decir tanto.

