En un día que debería ser de calma, la realidad se impone con crudeza. Este viernes, al menos una mujer palestina ha perdido la vida en un ataque del Ejército israelí en el norte de la Franja de Gaza, justo cuando todos esperábamos un respiro tras el alto el fuego que se acordó el 10 de octubre. Las promesas de paz parecen desvanecerse ante la cruda verdad.
Según han informado fuentes locales, las tropas israelíes abrieron fuego contra un grupo de personas en el barrio de Al Tufá, dejando no solo a una mujer fallecida, sino también a decenas de heridos, algunos en estado crítico. Y lo más alarmante es que esta cifra podría aumentar en las próximas horas. ¿Hasta cuándo vamos a seguir mirando hacia otro lado?
El clamor por justicia y ayuda humanitaria
Hamás no ha tardado en reaccionar y ha denunciado lo que considera un incremento insostenible de las violaciones del alto el fuego por parte de Israel: asesinatos indiscriminados, demoliciones de casas y desplazamientos forzados de civiles son solo algunas de las atrocidades que están ocurriendo. En este contexto, han hecho un llamado urgente a la comunidad internacional para que actúe con firmeza y detenga estos actos violentos.
A pesar de estas alarmas, Israel mantiene su postura desafiante. El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, ha afirmado que sus tropas continuarán actuando con fuerza contra cualquier infracción y destruirán lo que consideran infraestructura terrorista hasta recuperar al último rehén y debilitar las capacidades de Hamás.
Desde el inicio del conflicto tras los ataques del 7 de octubre, las autoridades gazatíes han contabilizado más de 70.000 muertos y más de 171.000 heridos. De esta cifra desgarradora, 366 muertos y 938 heridos se registraron desde la entrada en vigor del alto el fuego. ¿Es esto realmente lo que queremos como sociedad?

