La conmoción recorre Hong Kong tras el devastador incendio que arrasó el complejo de apartamentos Wang Fuk, dejando un trágico saldo de 146 muertos y un centenar de personas desaparecidas. Este fatídico evento, que tuvo lugar el pasado miércoles, ha sacudido a la comunidad y ha desatado una serie de cuestionamientos sobre la seguridad en la construcción de edificios en la ciudad.
Las autoridades han informado que, además de las víctimas mortales, unas 79 personas resultaron heridas, aunque aún no se conocen detalles sobre su estado. Lo que parece claro es que este incendio se perfila como uno de los más graves en la historia reciente del territorio. Las primeras investigaciones apuntan a que materiales defectuosos utilizados durante renovaciones, como andamios y espumas protectoras, pudieron haber contribuido a la rápida propagación del fuego.
Un sistema bajo presión
A medida que la tragedia se desarrolla, al menos ocho personas han sido detenidas, tres directamente relacionadas con las obras en el complejo. Esto ha abierto un melón lleno de preguntas sobre cómo es posible que haya ocurrido algo así. Por si fuera poco, las autoridades parecen más preocupadas por silenciar cualquier tipo de protesta que por brindar respuestas claras a los ciudadanos afectados. El despliegue policial para acallar voces críticas no se ha hecho esperar; incluso han arrestado a alguien por abrir una petición pidiendo justicia tras el desastre.
Los ecos del pasado son innegables: Hong Kong intenta recuperar su imagen después de las protestas masivas de 2019 y la dura represión posterior impuesta por Pekín. En este contexto tenso llega el momento electoral; las elecciones legislativas están programadas para el 7 de diciembre, pero muchos temen que lo sucedido con el incendio solo sirva para avivar resentimientos ya latentes.
A medida que los días pasan y las cifras siguen aumentando, nosotros nos preguntamos: ¿cuántas más tragedias necesitamos vivir para exigir cambios reales? La esperanza reside ahora en que esta crisis no sea solo otro capítulo oscuro en nuestra historia reciente.