La madrugada del miércoles se tiñó de luto en Hong Kong cuando el horror de un incendio descontrolado arrasó varios rascacielos, cobrando la vida de 44 personas, entre ellas un héroe de los Bomberos. En una rueda de prensa conmovedora, las autoridades informaron que el fuego, aunque controlado en cuatro torres, sigue amenazando a otras tres.
Un rescate en medio del caos
Chow Wing Yin, subjefe del servicio de Ambulancias, compartió la desgarradora noticia: “Hemos atendido a más de 100 víctimas, y 40 han sido halladas sin vida aquí mismo.” La tragedia golpea aún más al escuchar que uno de nuestros valientes bomberos perdió su vida mientras luchaba contra las llamas. Otros cuatro heridos que fueron trasladados también han fallecido, elevando la angustia en el corazón de la comunidad.
Las noticias no mejoran; Chow advirtió que las heridas de 45 personas son graves y que siete bomberos están heridos, aunque su estado es estable. Las llamas siguen acechando las ocho torres residenciales del complejo Wang Fuk Court. Mientras los rescatistas trabajan incansablemente entre los pisos 3º y 13º, la situación se mantiene crítica.
Aquí entran en juego esos 196 camiones de bomberos, junto con más de 1200 valientes dispuestos a enfrentar el infierno. Sin embargo, no solo es el fuego lo preocupante; también hay sombras sobre cómo se construyeron estos edificios. Tres cargos directivos de la constructora han sido arrestados tras descubrirse materiales que incumplen las normas de seguridad.
Los informes apuntan a que ciertos elementos como una película protectora exterior podrían haber acelerado la propagación del fuego. Chung Lai Yi, superintendente policial, afirmó: “No podemos descartar que esta película sea responsable del desastre.” La frustración se siente palpable entre los ciudadanos al saber que fallos tan graves pueden haberse dejado pasar por alto.
A medida que avanza esta investigación escalofriante, muchos esperan respuestas y justicia para todos aquellos afectados por esta tragedia. La lucha sigue y nosotros no debemos olvidar a quienes se dejaron la piel intentando salvar vidas en medio del caos.