La mañana del viernes empezó como cualquier otra en Daca, Bangladesh, hasta que a las 10:38 horas todo cambió. Un fuerte terremoto de 5,7 grados sacudió la capital y sus alrededores, dejando a su paso no solo escombros, sino también un profundo dolor. Al menos cinco personas han perdido la vida, mientras que cerca de un centenar resultaron heridas, entre ellas muchos estudiantes que estaban en la Universidad de Daca y trabajadores en fábricas cercanas.
Un mensaje de condolencias en tiempos difíciles
El primer ministro interino, Muhamad Yunus, no pudo ocultar su conmoción ante tal tragedia. “Es devastador ver cómo el suelo se lleva a nuestros seres queridos”, expresó con pesar. Ha hecho un llamado urgente para intensificar las operaciones de rescate, porque cada minuto cuenta en situaciones así. Con su corazón en la mano, pidió a todos enfrentar estos momentos difíciles con valentía.
A medida que se recopilaban informes sobre los daños, comenzaban a salir a la luz historias desgarradoras. En Daca, tres personas murieron tras caerles una barandilla desde lo alto de un edificio; fueron trasladadas al hospital pero lamentablemente ya era demasiado tarde. También una bebé de apenas diez meses y un niño de diez años perdieron la vida por derrumbes relacionados con este seísmo brutal.
No solo son cifras frías; detrás hay familias destrozadas y comunidades que intentan reconstruir lo perdido. Las redes sociales han empezado a inundarse con imágenes del caos y los daños materiales que ha dejado el terremoto en Daca. Es un momento para unirnos y recordar que somos más fuertes juntos ante esta adversidad.

