El pasado miércoles, las autoridades de Estados Unidos, Reino Unido y Australia decidieron dar un paso firme en la lucha contra el cibercrimen. ¿Y cómo lo hicieron? Anunciando sanciones conjuntas que apuntan a una empresa rusa llamada Media Land. Esta compañía ha sido acusada de facilitar operaciones de ransomware, un tipo de ataque que pone en jaque a muchas empresas estadounidenses y de nuestros aliados.
Sanciones que buscan frenar el avance del delito digital
La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro estadounidense no se ha quedado atrás. En su comunicado, señalaron que Media Land es más que una simple empresa; es un proveedor de servicios web diseñados para resistir ataques, situado nada menos que en San Petersburgo. Pero eso no es todo: también han puesto el ojo sobre varias filiales de esta compañía, incluyendo a ML Cloud, así como a personas clave en su estructura, como Aleksandr Volosovik, su director general.
John K. Hurley, subsecretario del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera, ha sido claro al respecto: «Estos proveedores supuestamente invulnerables ofrecen apoyo esencial a los ciberdelincuentes para atacar empresas en Estados Unidos y sus aliados. La acción trilateral demuestra nuestro compromiso colectivo en la lucha contra el cibercrimen».
No solo eso; también han puesto bajo la lupa a la compañía Hypercore, parte del grupo Aeza y señalada por haber tratado de ocultar sus actividades tras cambiar su marca. Entre los nuevos objetivos están Makarov, quien dirige Aeza ahora mismo, y Zakirov, quien ayudó a establecer nuevas empresas para seguir operando sin ser detectados.
A medida que avanza la tecnología, las amenazas digitales crecen también. Sin embargo, esta respuesta conjunta muestra que hay voluntad política para enfrentar estos desafíos. No podemos permitir que el cibercrimen siga campando a sus anchas.

