El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha dejado claro que la entrega de hasta un centenar de aviones de combate Rafale F4 por parte de Francia a Ucrania no va a modificar la situación actual en el campo de batalla. Sin embargo, su preocupación es palpable: esto podría intensificar aún más el militarismo en la región. En sus propias palabras, «Francia sigue armando al régimen de Kiev», y eso no contribuye a buscar una salida pacífica al conflicto.
Un escándalo que oscurece las esperanzas
Peskov también se refirió al último escándalo de corrupción que sacude al Gobierno ucraniano, el cual ya ha provocado la dimisión de dos ministros y varias órdenes de arresto. Este asunto no es trivial; como bien apuntó, «una parte del dinero destinado a ayudar a Ucrania seguramente será malversado». Los ecos del descontento resuenan en Europa, donde algunos líderes ya están mostrando reservas antes de desembolsar más fondos hacia Kiev.
No cabe duda de que estos acontecimientos están creando un ambiente tenso y lleno de incertidumbre. La trama detrás del escándalo involucra una cifra escalofriante: hasta cien millones de dólares podrían haber sido malversados en contratos para proteger las centrales energéticas ucranianas. En definitiva, entre los cazas franceses y los problemas internos, la situación se complica cada vez más.

