En un nuevo capítulo de la tensa historia de la Franja de Gaza, este lunes se ha confirmado que las Brigadas Nasser Saladino, el ala armada de los Comités de Resistencia Popular, han perdido a uno de sus comandantes más influyentes. Hablamos de Wasim Abdulbasit Abdul Hadi, conocido como Abú al Abed, quien fue abatido en lo que el grupo califica como una cobarde operación llevada a cabo por las fuerzas especiales israelíes.
El comunicado emitido por el grupo no deja lugar a dudas: están furiosos y sienten que este acto es una muestra clara del fracaso y la impotencia del enemigo sionista. “La política cobarde de asesinato contra nuestros héroes solo refleja su debilidad”, argumentan. Abdul Hadi no era un cualquiera; había liderado varias acciones durante la Batalla de Al Aqsa y su labor fue clave para unir a distintas facciones palestinas en una lucha común.
Un alto al fuego que se tambalea
A pesar de lo habitual que sería esperar algún tipo de comentario o justificación por parte del Ejército israelí tras este ataque, hasta ahora han mantenido un incómodo silencio. Pero eso no es todo; este mismo día se ha informado también sobre el fallecimiento de tres palestinos más en ataques en el norte del territorio, poniendo aún más presión sobre el acuerdo alcanzado entre Israel y Hamás para establecer un alto el fuego desde el 10 de octubre.
Desde entonces, las cifras son alarmantes: 266 palestinos muertos y 635 heridos debido a los ataques israelíes, según autoridades locales. La comunidad internacional observa con preocupación cómo estos eventos siguen sucediendo en medio de un proceso que debería haber traído paz y estabilidad. Las heridas son profundas y cada nueva noticia suma dolor a una historia ya marcada por la tragedia.

