Este lunes, el Senado de Estados Unidos dio un paso hacia la normalidad al aprobar un paquete de medidas que podría poner fin a uno de los cierres gubernamentales más largos de la historia. Después de 41 días sin funcionar como es debido, ocho senadores demócratas decidieron dar su brazo a torcer y votaron a favor del acuerdo. Esta decisión ha causado revuelo en el partido, llevando incluso a algunos a pedir la dimisión del líder Chuck Schumer.
Las reacciones no se hicieron esperar
Entre tanto ruido político, Trump salió al paso respaldando el acuerdo. Desde su despacho oval aseguró que “vamos a abrir el país muy rápidamente”. Sin embargo, para muchos, esto solo refleja una falta de preocupación real por las consecuencias que este cierre ha tenido en millones de estadounidenses. Bernie Sanders no tardó en expresar su descontento, calificando como «muy mala» la decisión de sus compañeros senadores que decidieron hacer frente común con los republicanos. La crítica es clara: esto podría aumentar las primas médicas para más de 20 millones de personas.
Aún así, hay quienes defienden la postura adoptada. La senadora Jeanne Shaheen argumenta que mantener el gobierno cerrado no beneficiaría a nadie y que las críticas deberían dirigirse hacia Trump. Sin embargo, su hija Stefany, candidata al Congreso y también demócrata, no comparte su opinión y considera insostenible un acuerdo que no extiende los subsidios para las primas.
En definitiva, esta situación pone sobre la mesa una vez más las divisiones internas dentro del Partido Demócrata y lo complicado que resulta navegar en este mar turbulento llamado política estadounidense.

