MADRID, 11 de septiembre. En un escenario cada vez más complicado, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha decidido lanzar una dura crítica al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. ¿El motivo? Las palabras de Sánchez sobre la falta de armamento nuclear en España para frenar la guerra en Gaza y su decisión de adoptar medidas como el embargo de armas.
Netanyahu no ha escatimado en calificativos y ha llegado a tildar las declaraciones del líder español como una «amenaza genocida flagrante». En un mensaje publicado en su cuenta oficial en X, señaló: «Eso supone una flagrante amenaza genocida contra el único Estado judío del mundo». La situación se complica aún más cuando recordamos que este enfrentamiento surge tras la decisión de Israel de vetar la entrada a dos ministros españoles en respuesta a las acciones del Gobierno español.
Un discurso cargado de significado
Las palabras pronunciadas por Sánchez fueron durante el anuncio de un paquete de medidas dirigido a mitigar lo que él mismo calificó como «genocidio» en Gaza. A primera hora del lunes, el presidente dejó claro que «España no tiene bombas nucleares ni portaaviones; solos no podemos detener la ofensiva israelí». Sin embargo, insistió en que eso no significa que se vayan a rendir: «Hay causas por las que merece la pena luchar, aunque no esté en nuestras únicas manos ganarlas».
Este tira y afloja diplomático nos deja reflexionando sobre cómo los discursos políticos pueden escalar rápidamente. Lo cierto es que las tensiones están más vivas que nunca y las implicaciones son serias para todos los involucrados. ¿Hasta dónde llegarán estas acusaciones?