En un giro inesperado de los acontecimientos, el Gobierno de Túnez ha declarado que el segundo ataque contra la Sumud Global Flotilla, ocurrido recientemente, fue algo más que una simple casualidad: lo consideran premeditado. A pesar de haber restado importancia al primer incidente, asegurando que no se trataba de una acción hostil, ahora prometen esclarecer los hechos. ¿Qué hay detrás de esta contradicción?
Investigaciones en marcha
El Ministerio del Interior tunecino ha lanzado un mensaje claro: están tomando cartas en el asunto y llevan a cabo todas las investigaciones necesarias. Quieren que no solo la opinión pública tunecina, sino también el mundo entero, conozca quiénes son los responsables de este ataque. La flotilla afirma haber sido atacada con drones en dos ocasiones distintas, pero tras la primera denuncia, la Guardia Nacional Costera se apresuró a desmentir cualquier implicación militar. Decían que las llamas se debían a un mechero o una colilla. Un argumento difícil de tragar para quienes estaban a bordo.
A pesar del miedo y la incertidumbre provocados por estos ataques, la flotilla sigue adelante. Desde el puerto de Sidi Bou Said, cerca de Túnez capital, alrededor de 300 voluntarios provenientes de 44 países se preparan para zarpar. Entre ellos destacan figuras como la activista sueca Greta Thunberg y Ada Colau, exalcaldesa de Barcelona. Su misión es clara: romper el bloqueo israelí sobre Gaza.
En medio del caos y las tensiones internacionales tras los devastadores ataques del 7 de octubre por diversas facciones palestinas —que han dejado más de 64.600 muertos según fuentes gazatíes— surge la pregunta: ¿realmente estamos viendo actos aislados o hay algo más grande en juego? La comunidad internacional observa atentamente cómo se desarrollan estos eventos mientras esperan respuestas sobre lo ocurrido.