En una jornada marcada por la tensión, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, dejó claro este miércoles que «el largo brazo de Israel no tiene fronteras cuando se trata de sus enemigos». Estas palabras llegan tras el bombardeo en Doha, la capital de Qatar, donde se encontraba la delegación negociadora del grupo palestino Hamás. Katz aseguró que su gobierno no permitirá que nadie se esconda y que quienes hayan participado en actos terroristas enfrentarán las consecuencias.
Reacciones y advertencias en medio del conflicto
El ministro fue directo: «La política de seguridad de Israel es clara». Se refirió a la operación denominada ‘Cumbre de Fuego’, destinada a eliminar a los líderes de Hamás. Además, enfatizó que todos aquellos involucrados en la masacre del 7 de octubre serán llevados ante la justicia. No escatimó en advertencias, afirmando que «cualquiera que atente contra Israel sufrirá daños», mientras las críticas internacionales por el bombardeo resonaban con fuerza.
Katz también dejó caer otra bomba: si Hamás no acepta las condiciones impuestas por Israel para terminar con esta guerra —como liberar rehenes y entregar armas— «serán destruidos». Esta amenaza, ya lanzada días atrás, cobra más peso tras el ataque que dejó al menos seis muertos, cinco de ellos miembros de Hamás y un policía qatarí. El primer ministro qatarí, Mohamed bin Abdulrahmán al Thani, condenó este acto como «terrorismo de Estado» y recordó que su país se reserva el derecho a responder.
A medida que estas tensiones continúan creciendo, es evidente que la situación en Oriente Medio sigue siendo volátil. Las políticas agresivas del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, parecen seguir alimentando un ciclo destructivo sin fin a la vista.