En un nuevo capítulo de la crisis en Oriente Medio, aviones de combate israelíes han llevado a cabo bombardeos este lunes en las provincias sirias de Homs y Latakia. Según informan medios locales, el estruendo de las explosiones resonó con fuerza en la zona de Auras, donde se reportaron al menos tres estallidos simultáneos. Poco después, una potente detonación sacudió las cercanías de Palmira.
Pero esto no termina aquí. La base militar de Saqubin también fue objetivo del ataque. Sin embargo, hasta el momento no hay información sobre víctimas o daños significativos. ¿Qué está pasando realmente? Desde que el expresidente Bashar Al Assad abandonara Siria tras la toma de Damasco por fuerzas yihadistas y rebeldes el pasado diciembre, Israel ha multiplicado sus incursiones militares en el país vecino.
Un escenario cada vez más inestable
Aquel 7 de diciembre quedó marcado por un cambio radical; los carros de combate israelíes cruzaron la Línea Alfa, que separa su territorio del resto de Siria, apenas unas horas después del desplome del gobierno sirio. Lo alarmante es que estas fuerzas ya operan sin restricciones incluso en zonas desmilitarizadas custodiadas por la ONU, acercándose peligrosamente a Damasco.
Israel considera nulo el alto al fuego establecido en 1974 tras la caída del régimen de Al Assad. En palabras del ministro de Defensa israelí, Israel Katz, sus tropas permanecerán en Siria “por tiempo indefinido” para proteger a las comunidades ocupadas en los Altos del Golán ante cualquier amenaza.
Esta situación es preocupante y nos lleva a cuestionar si estamos ante una escalada inevitable o si hay espacio para la diplomacia. Mientras tanto, Israel ha establecido hasta nueve bases militares en esta región convulsa.