La situación en Yemen se vuelve cada vez más tensa y complicada. El Ejército de Israel ha comenzado una serie de ataques aéreos sobre la capital, Saná, un hecho que ha sido denunciado por los hutíes, quienes no han dudado en hacer eco de su malestar a través de Al Masriya, un medio que se alinea con sus intereses.
Aunque hasta ahora no hemos oído una palabra oficial del Ejército israelí, algunas fuentes de seguridad han revelado que estos bombardeos son una respuesta a los recientes lanzamientos de misiles por parte de los hutíes. De hecho, parece que la gota que colmó el vaso fue un proyectil con bomba de racimo, algo prohibido por el Derecho Internacional, que impactó en una vivienda en Ginaton. ¿Cómo es posible que esto esté ocurriendo mientras hablamos tanto de derechos humanos?
Una escalada peligrosa
Además, las investigaciones han dejado claro que el escudo defensivo israelí no pudo interceptar toda la carga del misil lanzado. A pesar de ello, las autoridades insisten en que tienen capacidades para defenderse ante este tipo de ataques indiscriminados. Pero aquí nos preguntamos: ¿realmente estamos viendo una defensa legítima o solo más caos y destrucción?
No podemos olvidar otros acontecimientos desgarradores: desde rescates dramáticos en Santander hasta situaciones alarmantes como apuñalamientos por robos. La realidad nos golpea constantemente y este conflicto suma otra capa a nuestra preocupación colectiva. Cada día se siente más pesado y es difícil encontrar respuestas ante tanta violencia.