MADRID, 16 Ago. (EUROPA PRESS) – En una declaración que ha levantado más de una ceja, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, se ha aventurado a decir que «el mundo es un lugar más seguro» tras la reciente reunión celebrada en Alaska entre los presidentes Vladimir Putin y Donald Trump. Y es que, aunque muchos puedan pensar lo contrario, Orbán opina que este tipo de encuentros son cruciales en tiempos donde las tensiones nucleares han estado al orden del día.
Un llamado a la cooperación
Durante años hemos sido testigos de cómo las grandes potencias han ido desmantelando su colaboración, lanzando mensajes cada vez más hostiles. «Esto tiene que acabar», expresó con firmeza Orbán. No es un secreto que él es uno de los pocos líderes europeos que se ha reunido personalmente con Putin desde la invasión a Ucrania en febrero de 2022. En su defensa de este diálogo, ha instado incluso a sus colegas europeos a romper el aislamiento del Kremlin y buscar su propio encuentro con el mandatario ruso.
En un tono optimista, el primer ministro húngaro tuiteó: «¡Ojalá todos los fines de semana fuesen igual de buenos!», refiriéndose a la cumbre en Alaska, aunque curiosamente no se conocen acuerdos concretos surgidos de la misma. Mientras tanto, en España continuamos lidiando con realidades bien distintas; por ejemplo, los incendios han arrasado más de 115.000 hectáreas y dejado tres vidas trágicamente perdidas. Un contraste abrumador para aquellos que esperan cambios significativos en el ámbito internacional.