En un nuevo capítulo de este conflicto que parece no tener fin, el Gobierno israelí ha dejado claro que no está dispuesto a dar ni un paso atrás. Este domingo, Netanyahu reafirmó con contundencia su postura, exigiendo que Hamás libere de inmediato a todos los rehenes, ya sean vivos o muertos. Y como si esto no fuera suficiente, también exige el desarme del movimiento palestino.
La declaración vino en respuesta a un artículo del ‘Times of Israel’, que mencionaba una posible relajación en las condiciones de Hamás para poner fin al conflicto. Pero Israel no tiene intención alguna de aflojar su grip: «Aceptaremos un acuerdo solo si todos los rehenes son liberados al mismo tiempo y bajo nuestras condiciones», enfatiza la Oficina del Primer Ministro.
Una lucha sin tregua
Estas exigencias incluyen el desarme completo de Hamás, la desmilitarización de Gaza y el establecimiento de un gobierno que no tenga relación con Hamás ni con la Autoridad Palestina. Todo ello mientras se mantiene control sobre la frontera con Gaza.
Y es que todo esto sucede justo cuando fuentes árabes informan al ‘Times of Israel’ sobre una aparente disposición de Hamás para ceder en sus demandas tras el colapso reciente de las conversaciones en Doha. Sin embargo, hay quienes piensan que detrás del requerimiento israelí se esconde una estrategia más oscura; algunos mediadores árabes ven este pedido como una «trampa», destinada a acabar con las negociaciones mientras continúan las operaciones militares en Gaza.
A pesar del clima tenso, estos mediadores prefieren abordar el problema del armamento de Hamás con un enfoque más gradual. Algunos países árabes están dispuestos incluso a enviar tropas para ayudar en este proceso, siempre y cuando sea invitado por la Autoridad Palestina.