En Atenas, el 13 de agosto, la situación es crítica. Unos 5.000 valientes bomberos han sido desplegados para luchar contra una ola imparable de incendios que ha comenzado a arrasar el país desde el lunes. Las llamas están especialmente preocupantes en los alrededores de Patras, en la región de Preveza, así como en las islas de Quíos y Zante. Con un clima que parece conspirar en su contra —la sequía, los vientos fuertes y el calor sofocante—, estos héroes se enfrentan a lo que podría ser uno de los veranos más devastadores en Grecia.
Un desafío monumental para nuestros héroes del fuego
Kostas Tsingas, un responsable dentro del cuerpo de Bomberos, ha dejado claro que solo el martes se registraron 82 nuevos incendios. Una cifra alarmante que refleja lo severa que es esta crisis. Ante tal panorama, las autoridades no se quedan de brazos cruzados; han instado a la población a tomar precauciones extremas y han ordenado evacuaciones en algunas zonas por miedo a que las llamas no perdonen.
A medida que avanza la catástrofe, el Gobierno griego ha solicitado ayuda al Mecanismo de Protección Civil de la UE para poder reforzar sus equipos. «Los hombres y mujeres en primera línea están exhaustos. Su trabajo es verdaderamente heroico», destacó Tsingas mientras miraba hacia el horizonte lleno de humo. En momentos como este, queda claro que todos debemos unirnos y hacer nuestra parte; porque al final del día, cada gota cuenta.