El mar de China Meridional, ese rincón del mundo que parece estar siempre en ebullición, ha vuelto a ser testigo de un enfrentamiento tenso. Este lunes, dos buques relacionados con la Marina y la Guardia Costera china no dudaron en chocar entre sí durante una frenética persecución a un barco filipino. Todo ocurrió cerca del bajo de Masinloc, un punto caliente donde las aguas son más que solo agua, son territorio disputado.
Las cosas se complicaron cuando la Guardia Costera de Filipinas decidió enviar dos embarcaciones para respaldar a más de treinta pesqueros que navegaban por esa zona. Según el portavoz Jay Tarriela, los barcos filipinos no solo tuvieron que sortear peligrosas maniobras por parte de los chinos, sino que también se vieron sometidos a bloqueos y hasta al uso de cañones de agua. Sí, como lo oyen.
Tensión desbordante
La situación se tornó crítica cuando uno de los buques guardacostas chinos chocó contra otro barco militar chino mientras intentaba alcanzar al patrullero filipino a toda velocidad. ¿El resultado? Daños significativos en uno de ellos que lo dejaron fuera de combate. Ante esto, las autoridades filipinas no dudaron en ofrecer ayuda incluso a sus contrapartes chinas, quienes según reportes también sufrieron heridos en este lío marítimo.
Sin embargo, desde el lado chino han mantenido silencio sobre este incidente; su portavoz Gan Yu optó por hablar únicamente sobre cómo lograron “expulsar” diversas embarcaciones filipinas usando métodos “profesionales”. Y es que Pekín continúa insistiendo en su derecho sobre esta zona como parte de su territorio nacional. El trasfondo es claro: están dispuestos a mantener su presencia militar para proteger lo que consideran sus derechos y soberanía.
Este nuevo choque se produce justo después de unas declaraciones del presidente filipino Ferdinand Marcos Jr., quien había mencionado posibles tensiones entre Estados Unidos y China debido a Taiwán. Sin duda alguna, la situación sigue siendo un polvorín difícil de manejar.