MADRID, 7 Ago. (EUROPA PRESS) – Este jueves, las fuerzas de seguridad del Reino Unido han llevado a cabo sus primeras detenciones de migrantes que lograron cruzar el temido canal de la Mancha. Todo esto en el marco de un acuerdo reciente entre Francia y el Reino Unido que se basa en una premisa inquietante: «uno dentro, uno fuera». Las primeras redadas ocurrieron tras la llegada de varios migrantes al puerto de Dover, un sitio emblemático en esta historia tan compleja.
Un mensaje preocupante para los más vulnerables
El Ministerio del Interior británico ha dejado claro que estos arrestos no son algo pasajero; los migrantes estarán bajo custodia hasta ser devueltos a Francia. Yvette Cooper, ministra del Interior, no ha tenido reparos en calificar este momento como un “punto de inflexión”. Pero lo que realmente resuena es su advertencia a quienes piensan arriesgarlo todo y pagar fortunas a las mafias para cruzar: «Esto envía un claro mensaje». Sin embargo, ¿es este mensaje realmente lo que necesitamos escuchar?
En julio pasado, ambos países anunciaron este acuerdo lleno de promesas pero también con muchas sombras. Por cada persona devuelta desde el Reino Unido, se permitirá la entrada segura y controlada de un solicitante de asilo desde Francia. Pero aquí viene el truco: solo aquellos que no hayan intentado entrar al Reino Unido por caminos ilegales podrán beneficiarse. Una condición restrictiva, sin duda.
Tanto Emmanuel Macron como Keir Starmer han enfatizado la importancia de mejorar la cooperación con los países origen y desmantelar las redes criminales detrás del tráfico humano. Pero muchos se preguntan si este enfoque ataca verdaderamente las raíces del problema o si simplemente estamos asistiendo a un nuevo capítulo en una historia ya triste.