En un momento en que la humanidad debería estar unida, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, no ha podido contener su indignación. Desde Madrid, ha denunciado las “intolerables imágenes” que llegan desde Gaza, donde los palestinos están “muriendo de hambre” en medio de una ofensiva israelí que parece no tener fin. Estas escenas son simplemente descorazonadoras, sobre todo cuando se sabe que ya hay más de 60.900 muertos.
La urgencia de actuar y la responsabilidad internacional
Turk ha sido claro y directo: “Israel sigue restringiendo la distribución de ayuda humanitaria”, lo cual es inaceptable. La asistencia que entra a Gaza es irrisoria comparada con lo que realmente se necesita. “¡Es hora de facilitar la entrega inmediata de ayuda!”, clama Turk, recordando que salvar vidas debe ser una prioridad absoluta.
A su juicio, negar a los civiles el acceso a alimentos no solo es un acto cruel; es un verdadero crimen de guerra y podría ser considerado un crimen contra la humanidad. En este contexto también menciona el sufrimiento de los rehenes israelíes, quienes sufren un trato humillante. Es fundamental que reciban atención inmediata del Comité Internacional de Cruz Roja.
“He repetido, una y otra vez”, afirma con determinación Turk, “que todos los rehenes y aquellos detenidos arbitrariamente deben ser liberados sin condiciones”. Es fundamental recordar que todas las personas privadas de libertad merecen ser tratadas con dignidad y humanidad, nunca como meras piezas en un juego político.