En un momento donde la situación en Gaza es crítica, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha hecho una promesa que muchos esperan con ansias: está trabajando en un nuevo plan de distribución de ayuda para esta franja devastada por el conflicto. Su enviado especial, Steve Witkoff, ha estado realizando visitas a los puestos de distribución de la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), una ONG vinculada a EEUU e Israel que ha sido objeto de críticas por convertir sus repartos en un verdadero juego peligroso, resultando en la muerte de más de mil palestinos.
¿Ayuda real o sólo palabras?
Durante una llamada telefónica con Axios, Trump no se anduvo con rodeos: «Queremos que la gente esté alimentada. Queremos que la gente de Gaza sobreviva. Esto debería haberse hecho hace tiempo». Pero, ¿será suficiente? Su secretaria de prensa, Karoline Leavitt, mencionó que este nuevo plan se basará en las conclusiones que Witkoff saque tras su visita a los centros.
«Está haciendo un gran trabajo», dijo Trump sobre su enviado. Sin embargo, todavía no tiene noticias concretas sobre lo sucedido allí.
A lo largo de esta semana, el presidente también sugirió la posibilidad de instalar nuevos centros para repartir ayuda en Gaza, aunque sin ofrecer más detalles. Por su parte, Witkoff compartió en redes sociales que él y el embajador estadounidense en Israel, Mike Huckabee, dedicaron más de cinco horas a entender mejor la situación humanitaria y elaborar un informe que facilite al presidente diseñar un plan efectivo para entregar alimentos y asistencia médica a quienes más lo necesitan.