En medio de un clima tenso y lleno de incertidumbre, el planeta se encuentra a las puertas de una nueva etapa de aranceles que promete sacudir los cimientos del comercio internacional. A partir del 7 de agosto, el presidente estadounidense ha decidido implementar un mínimo global del 10% y gravámenes que alcanzarán hasta el 15% para aquellos países que tengan superávit con Estados Unidos. Todo esto, después de que se aplazaran las medidas que inicialmente debían entrar en vigor este mismo viernes.
Cambio en el tablero comercial mundial
La Casa Blanca no ha escatimado en esfuerzos para comunicar esta drástica decisión, donde menciona a casi 70 países, incluida la Unión Europea, como blanco de estas tarifas que oscilan entre ese mínimo y un asombroso 41%, caso específico del desgastado Siria. Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha sellado un acuerdo espinoso con Trump tras largas negociaciones; la UE ahora enfrentará un arancel del 15%, solo porque Washington lanzó una amenaza sobre tarifas del 30%.
Estos nuevos aranceles no son simples números: representan una advertencia clara a la economía global. Se dividen en dos tipos; los llamados “recíprocos”, donde cada país verá sus tasas mínimas elevadas si no hay acuerdo previo, como le sucederá a Canadá (con un alto 35%) o Suiza (un sorprendente 39%). Mientras tanto, China y México tienen más tiempo para negociar sus condiciones: hasta el 12 y 90 días respectivamente.
A pesar de este juego diplomático tan áspero, hay quienes logran sobrevivir al embate; Reino Unido ha conseguido reducir su carga al mínimo del 10%. Sin embargo, otros sectores seguirán sufriendo con tasas ya impuestas bajo la ley 232 que da vía libre al presidente para proteger lo que considera seguridad nacional.
No podemos olvidar cómo esto afecta nuestra vida cotidiana. De hecho, mientras algunos productos verán reducciones en sus tarifas —como automóviles o ciertos fármacos— otros continuarán siendo golpeados sin piedad. Este es el complicado equilibrio al que nos enfrentamos todos nosotros en este nuevo mapa mundial repleto de aranceles.