La situación en Taibé, una comunidad cristiana palestina en Cisjordania, ha vuelto a desatar la indignación internacional. El ministro de Exteriores alemán, Johann Wadephul, no se ha guardado nada y ha condenado con firmeza la reciente ola de violencia ejercida por colonos israelíes. Durante su visita a esta localidad, lo dejó claro: «Esos actos son crímenes, son terrorismo y finalmente deben ser procesados». Unas palabras que resuenan como un eco de esperanza para quienes sufren a diario esta brutalidad.
Un ataque inaceptable
Los colonos han reanudado sus ataques esta semana, recordándonos que el miedo sigue siendo parte del día a día en Taibé. A mediados de mes, incendiaron la iglesia de San Jorge, un acto que el embajador de EEUU en Israel calificó como «un crimen contra la humanidad y contra Dios». ¿Hasta cuándo? La comunidad no puede seguir soportando este tipo de agresiones sin que se haga justicia.
Wadephul también ha instado a Israel a actuar como potencia ocupante y estado constitucional: es imperativo que persiga a los responsables y proteja a la población palestina. Y mientras esto sucede, nosotros nos preguntamos: ¿qué más tiene que ocurrir para que el mundo reaccione con fuerza ante esta realidad tan desgarradora?