En un escenario desgarrador, más de 60.100 palestinos han perdido la vida desde que comenzó la ofensiva israelí sobre la Franja de Gaza. Las cifras son escalofriantes y, aunque parezcan frías, detrás de cada número hay una historia, un sueño truncado. Según las autoridades gazatíes, controladas por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), solo en las últimas 24 horas se han reportado 104 nuevos fallecimientos y 399 heridos, elevando el balance total a unos devastadores 60.138 muertos y casi 146.270 heridos.
Desesperación y lucha por ayuda humanitaria
Aquí no termina la pesadilla. Desde el 18 de marzo, cuando se rompió el alto el fuego acordado, los números siguen subiendo: 8.970 personas han muerto y otras 34.228 han resultado heridas. Mientras tanto, unas 60 personas más murieron intentando conseguir ayuda humanitaria, lo que suma ya un total alarmante de 1.239 muertos durante las operaciones realizadas por la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), respaldada por Estados Unidos e Israel.
Aún más desgarrador es el informe del Ministerio de Sanidad gazatí sobre la desnutrición; en solo un día se han registrado siete muertes adicionales, elevando a 154 las víctimas fatales por hambre en esta región olvidada del mundo, entre ellas 89 niños. Este sufrimiento nos interpela y nos recuerda que detrás de los titulares hay una humanidad doliente que no podemos ignorar.