En un giro que muchos esperábamos, Tailandia y Camboya han decidido dejar las armas a un lado. Este lunes, tras semanas de enfrentamientos en su frontera que han dejado un rastro desgarrador de decenas de muertos, los líderes de ambos países se reunieron en Kuala Lumpur con el mediador Malasio, Anwar Ibrahim. Fue una charla entre cuatro paredes, pero con mucho en juego.
Un alto el fuego necesario
Ibrahim no solo hizo de anfitrión, sino que también se convirtió en portador de buenas noticias. En una rueda de prensa donde lo acompañaban los primeros ministros camboyano Hun Manet y tailandés Phumtham Wechayachai (quien aún intenta encontrar su rumbo tras la destitución de Paetongtarn Shinawatra), anunció un alto el fuego “inmediato e incondicional”. La medida entra en vigor a medianoche este martes, marcando un primer paso hacia una desescalada que tanto necesitamos.
“Este es un momento crucial para restablecer la paz y la seguridad”, subrayó Ibrahim, reflejando la esperanza que todos compartimos. En tiempos como estos, cualquier gesto que nos aleje del abismo es vital. ¿Podrá este alto el fuego ser más que palabras? Solo el tiempo lo dirá.