En Madrid, a 28 de julio. Volker Turk, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, ha levantado la voz este lunes para exigir a las autoridades iraníes que pongan fin a la pena de muerte. Lo hace en un momento crítico, cuando las cifras son desoladoras: más de 612 personas han sido ejecutadas en solo seis meses de este año, ¡un aumento alarmante en comparación con el año pasado!
“Es realmente preocupante saber que hay 48 personas esperando una ejecución inminente”, comentó Turk. De hecho, resaltó que muchos de estos casos están relacionados con delitos vagos y ambiguos, como “corrupción en la tierra”, términos que suelen usarse para silenciar voces disidentes.
Un clamor por justicia
“Las ejecuciones se llevan a cabo muchas veces en juicios donde no se respetan los derechos fundamentales”, añadió. ¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI sigamos permitiendo esto? Y no solo eso, el Consejo de Guardianes está trabajando en una nueva ley que podría ampliar aún más los delitos penables con muerte. Es un paso atrás hacia la barbarie.
Turk dejó claro su mensaje: “La pena de muerte es incompatible con el derecho a la vida y va contra toda noción de dignidad humana”. En lugar de seguir acelerando las ejecuciones, es hora de abolir esta práctica cruel y despiadada. La comunidad internacional observa y no podemos quedarnos callados.