En un mundo donde la información es vital, las agencias de noticias AFP, Reuters y AP, junto con la BBC, han alzado su voz este jueves pidiendo a Israel que permita la entrada de periodistas en Gaza. Esta solicitud llega en medio de una ofensiva militar desatada tras los ataques del 7 de octubre de 2023, cuando la crisis humanitaria se ha profundizado y el acceso a la prensa internacional se ha convertido en un desafío casi imposible.
La voz de los que están allí
Con un claro sentido de urgencia, estas organizaciones han emitido un comunicado conjunto donde subrayan lo esencial que es permitir que los periodistas puedan moverse libremente. «Instamos a las autoridades israelíes a permitir que nuestros reporteros entren y salgan. La población necesita alimentos», expresan con desesperación. Y no es para menos; sus colegas en Gaza enfrentan condiciones extremas y ahora luchan por sobrevivir al mismo tiempo que intentan informar sobre lo que ocurre.
A través de sus relatos, estos valientes periodistas se han convertido en los ojos y oídos del mundo sobre el terreno. Pero ahora ellos mismos son víctimas de una situación apremiante. «Estamos alarmados por cómo la amenaza de hambruna también les está afectando»; esta realidad fue denunciada recientemente por la Asociación de Periodistas de AFP (SJD), quien reveló las duras condiciones que viven sus compañeros en Gaza, incluso mencionando el riesgo inminente de muerte por hambre.
No solo eso, sino que este mismo jueves las autoridades locales informaron sobre cerca de 115 muertes por desnutrición desde el inicio del conflicto. La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) advirtió sobre el alarmante aumento en el número de niños afectados por desnutrición aguda, alcanzando niveles críticos: más del 9% entre los menores analizados recientemente.
Mientras tanto, la cifra total de muertos palestinos continúa creciendo sin tregua; según fuentes oficiales del enclave palestino, ya suman más de 59.200 fallecidos desde el comienzo del conflicto. Un número aterrador e inquietante que nos recuerda cuán frágil es la vida en esas tierras asediadas.