En un día que debería ser solo una búsqueda de refugio y esperanza, la realidad se ha convertido en una pesadilla para los palestinos en el sur de Gaza. Este martes, alrededor de diez vidas se apagaron bajo el peso de los bombardeos israelíes, mientras más de 50 personas resultaron heridas. Todo esto ocurrió en las cercanías de la ciudad de Jan Yunis, donde familias enteras intentan sobrevivir en tiendas de campaña improvisadas tras haber huido del caos y la destrucción.
Una evacuación forzada y sin aviso
Según el diario palestino ‘Filastin’, los campamentos más afectados han sido Sanabel y Ard al Najil, lugares donde muchos se refugiaron con la esperanza de encontrar seguridad. Pero, ¿qué seguridad puede haber cuando el Ejército israelí lanza ataques indiscriminados? Aún no hay respuesta oficial por parte del ejército sobre estos nuevos bombardeos. Sin embargo, lo que sí hemos escuchado es que han emitido órdenes urgentes para evacuar varias zonas. “Se les pide a todos los residentes, incluso a aquellos que viven en tiendas de campaña, que abandonen sus hogares inmediatamente”, dice Avichai Adrai, portavoz del Ejército israelí. Es desgarrador pensar que estas palabras llegan como una orden más entre tanto sufrimiento.
Las Fuerzas de Defensa Israelíes han aumentado su presencia y operaciones en la región bajo el pretexto de combatir “actividades terroristas”. Pero lo cierto es que detrás del discurso militarista hay un mar de dolor y pérdidas humanas. Desde los ataques del 7 de octubre —que dejaron ya unos 1.200 muertos— hasta ahora, las cifras son escalofriantes: más de 57.500 palestinos han perdido la vida debido a esta ofensiva brutal.
En medio del horror, seguimos preguntándonos hasta cuándo continuará este ciclo inhumano y qué pasará con las miles de familias que solo buscan un lugar donde estar a salvo.