MADRID, 8 Jul. (EUROPA PRESS) – En un giro inesperado de los acontecimientos, la situación en un centro de detención de migrantes en Texas ha estallado en caos. Una decena de personas ha sido detenida, acusadas nada menos que de intento de asesinato, tras abrir fuego contra agentes de inmigración. Este ataque ha sido calificado por las autoridades como una auténtica emboscada, y dejó a uno de los agentes herido.
La noche del 4 de julio, justo cuando el país celebraba su Día de la Independencia, un grupo vestido con ropas militares oscuras disparó contra los efectivos desplegados en el centro de detención de Prairieland. El agente que resultó herido recibió un disparo en el cuello y tuvo que ser trasladado urgentemente a un hospital cercano, según informaron las autoridades del condado de Johnson.
Fuegos artificiales y tensiones crecientes
Antes del ataque directo, este grupo no dudó en lanzar fuegos artificiales contra la fachada del centro. Este lugar es utilizado por el Departamento de Seguridad Nacional para mantener bajo custodia a aquellos que se sospecha han violado la normativa migratoria y están a la espera de ser deportados.
No podemos ignorar que los ataques a agentes federales han ido aumentando considerablemente. Todo esto ocurre en medio del endurecimiento de la política migratoria desde que Donald Trump asumió la presidencia. La tensión está palpable y los incidentes como este solo nos hacen preguntarnos hasta dónde llegará esta crisis humanitaria.