Este viernes, la ciudad de Karachi, la más poblada de Pakistán, se despertó con una noticia desgarradora. Un edificio residencial de cinco plantas se derrumbó y ya son al menos 15 las vidas que se han apagado por esta tragedia. La doctora Summaiya Syed, médico policial, compartió este sombrío balance con el diario ‘Dawn’, reflejando el dolor y la angustia que siente toda una comunidad.
El edificio albergaba a seis familias, y a medida que avanzan las labores de rescate, los servicios de emergencia siguen buscando entre los escombros. Las autoridades temen que haya hasta 20 personas atrapadas, lo cual aumenta la desesperación en el aire. El alcalde Murtaza Wahab no ha dudado en hablar claro: este inmueble ya había sido declarado como un riesgo inminente, y lo más alarmante es que hay otros 400 edificios en la misma situación crítica.
La dura realidad de Karachi
“Tenemos dos opciones”, declaró Wahab a Geo News, “convencer a la gente para que se vaya o echarlos a la fuerza”. Su mensaje es directo: es hora de prestar atención a las advertencias para evitar más tragedias como esta. En un gesto preventivo, las autoridades han evacuado dos edificios cercanos al derrumbado y han instado a los residentes a mantenerse alejados del área; nadie quiere escuchar sobre nuevos desplomes.
No podemos olvidar que detrás de estas cifras hay historias humanas. Cada vida perdida deja un vacío inmenso y cuestiona cómo hemos llegado hasta aquí. La falta de medidas adecuadas para proteger a nuestra gente es inaceptable. Esta situación nos invita a reflexionar sobre nuestras prioridades como sociedad; no podemos seguir permitiendo que nuestros hogares se conviertan en trampa mortal.