MADRID, 1 Jul. (EUROPA PRESS) – En un nuevo capítulo de tensiones en el Medio Oriente, las autoridades israelíes han informado que este martes interceptaron un misil lanzado desde Yemen. El ministro de Defensa, Israel Katz, no se ha andado con rodeos: «Cualquiera que alce la mano contra Israel, se le cortará». Un mensaje claro y contundente que resuena en toda la región.
Las alarmas suenan en Israel
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) activaron las alertas aéreas en varias zonas del país, incluyendo las áreas metropolitanas de Tel Aviv y Jerusalén, así como el aeropuerto de Ben Gurion. Todo esto sucedió poco después de que dos cohetes provenientes de Gaza fueran también interceptados. La tensión está más alta que nunca.
Katz ha enfatizado que la situación en Yemen es comparable a la de Irán: «La ley yemení es como la ley de Teherán. Después de haber atacado la cabeza de la serpiente en Teherán, atacaremos también a los hutíes en Yemen». Y aquí es donde entran los hutíes, ese movimiento político-militar que lleva más de una década controlando Saná y otras regiones del Yemen, aliados estrechos del régimen iraní.
En medio del caos provocado por el conflicto en Gaza, los hutíes no han dudado en atacar a Israel y sus intereses marítimos como forma de represalia. Esta escalada no solo afecta a estos países; las repercusiones son globales y afectan a todos nosotros.