En La Haya, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado que la próxima semana su equipo se sentará a hablar con Irán. ¿Es un paso hacia adelante? Quizás. Trump ha dejado claro que podría haber algún tipo de acuerdo en el horizonte, pero también ha subrayado que no siente la necesidad de que Teherán firme nada por ahora.
Durante una rueda de prensa tras la cumbre de líderes de la OTAN, Trump se mostró tranquilo al respecto: «No me preocupa si hay un acuerdo o no. Lo único que le pedimos es lo que le pedíamos antes: que no tengan armas nucleares», afirmó con convicción. Este mensaje llegó mientras defendía los informes de Inteligencia que sugieren que el programa nuclear iraní ha retrocedido notablemente gracias a los recientes bombardeos en plantas clave como Fordo, Isfahán y Natanz.
Tensiones y esperanzas
Acompañado por sus secretarios de Estado y Defensa, Marco Rubio y Pete Hegseth respectivamente, Trump reflexionó sobre los resultados de las reuniones con otros aliados y abordó la situación actual en Oriente Próximo. Habló sobre cómo los bombardeos han tenido un «gran éxito», abriendo la puerta a una posible paz mediante un histórico alto el fuego entre Irán e Israel. Según él, ambas naciones están «agotadas» tras combatir intensamente y ahora podrían estar dispuestas a poner fin al conflicto.
Trump también insinuó que este alto el fuego podría marcar un nuevo comienzo para Irán, señalando su necesidad urgente de recursos para empezar a reconstruir el país. Es evidente que todos estamos expectantes ante lo que pueda surgir en esta conversación; tal vez sea una oportunidad para dejar atrás viejos rencores.