La Haya, 25 de junio. Hoy, Donald Trump ha salido a la palestra con una sonrisa que casi se puede palpar. ¿La razón? La OTAN está a un paso de acordar destinar el 5% del PIB a defensa, algo que él ha estado pidiendo desde hace años. Es como si finalmente sus súplicas hubieran encontrado eco en un lugar donde antes eran solo susurros olvidados. «Llevo años diciendo que suban al 5% y parece que lo van a hacer», ha afirmado el presidente estadounidense en una charla junto al secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
Una victoria para todos
El ambiente estaba cargado de optimismo cuando Trump habló de esta decisión como una verdadera «victoria para todos» dentro de la organización. No es para menos, teniendo en cuenta que muchos países aliados aún luchan por alcanzar el mínimo anterior del 2% acordado en Gales. «Esto va a ser una gran noticia; la OTAN será muy fuerte con nosotros», añadió con esa confianza característica que lo define.
A su lado, Rutte defendía con firmeza los esfuerzos realizados por Estados Unidos para establecer este nuevo estándar de gasto militar. Pero no todo fue halagos; Trump no perdió oportunidad para criticar a su predecesor, Joe Biden, afirmando que durante su mandato, el tema simplemente «murió». «Cuando Biden estuvo aquí, todo murió. Pero ahora parece que esto va a aprobarse», sentenció.
Los líderes aliados se han reunido hoy en La Haya con un objetivo claro: discutir cómo asegurar este nuevo horizonte de inversión en defensa durante la próxima década. Y aunque algunos ya han asumido este compromiso del 5%, hay quienes hacen interpretaciones más flexibles del acuerdo, como España, quien asegura cumplir con los requerimientos sin ceñirse estrictamente a esos números redondos.
Así estamos, con ojos bien abiertos ante lo que pueda surgir de esta cumbre crucial donde se decide nuestro futuro defensivo colectivo.