La escena se desarrolla en La Haya, donde el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha hecho unas declaraciones que no han dejado a nadie indiferente. En un giro inesperado de los acontecimientos, reivindica los ataques ordenados contra las instalaciones nucleares en Irán, afirmando que estos han puesto fin al conflicto entre Irán e Israel. «Ese golpe acabó con la guerra», asegura mientras se encuentra junto al secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
Comparaciones polémicas
Lo curioso es cómo relaciona estos bombardeos con los devastadores lanzamientos de bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial. «No quiero usar el ejemplo de Hiroshima… pero fue esencialmente lo mismo», añade con una confianza que sorprende. Para él, si no hubieran atacado esas instalaciones nucleares, ahora estarían inmersos en una guerra sin fin.
A medida que continúa su discurso, Trump enfatiza el éxito del ataque y descarta cualquier crítica sobre su eficacia. «Dentro está todo colapsado», dice refiriéndose a las instalaciones iraníes. Según él, los túneles subterráneos ya no son accesibles y esto obligará a Teherán a sentarse a negociar con Israel. No hay vuelta atrás; para Trump este ataque representa una «completa y total devastación».
No obstante, sus palabras también están cargadas de críticas hacia los medios que se atreven a cuestionar sus afirmaciones. Asegura que algunos informes sobre la evaluación de los bombardeos son pura «escoria» y culpa a CNN y ‘The New York Times’ de minimizar su logro: «Son mala gente. Están enfermos.»
Pese a esta polémica situación, Trump parece optimista respecto al futuro de Oriente Próximo. Concluye diciendo que gracias a estas acciones militares se están dando pasos significativos hacia un acuerdo en Gaza: “Creo que puede haber muy buenas noticias”.