El pasado 25 de junio, nos enteramos de que Rusia no estará presente la próxima semana en la cumbre de los BRICS que tiene lugar en Río de Janeiro. ¿La razón? La falta de una postura clara por parte del Gobierno brasileño respecto a la orden de detención emitida por el Tribunal Penal Internacional (TPI) contra Vladimir Putin. Así lo ha contado Yuri Ushakov, asesor de política exterior del presidente ruso.
En lugar de estar allí en persona, Putin participará por videoconferencia, mientras que el ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, será quien represente a Moscú. Según Ushakov, han surgido dificultades relacionadas con los requisitos del TPI. “En este contexto”, decía él, “el Gobierno brasileño no pudo adoptar una postura clara que permitiera a nuestro presidente participar en esta reunión”. Y es que el TPI dictó esa orden de arresto por crímenes relacionados con la guerra y el desplazamiento forzado de niños ucranianos.
Un dilema complicado para Brasil
Aunque Brasil es firmante del Estatuto de Roma y debería cumplir con las peticiones del tribunal, al final cada país decide cómo manejar estas situaciones. Es curioso pensar que esta es ya la segunda cumbre que se pierde Putin; recordemos que tampoco asistió a la celebrada en Sudáfrica el año pasado por motivos similares. Sin embargo, sí tuvo su momento estelar en Mongolia, donde le aseguraron que no sería detenido a pesar de ser miembro del TPI.