El teniente general Eyal Zamir, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), ha salido a la palestra este miércoles para lanzar un mensaje contundente: el programa nuclear iraní ha recibido un golpe tan fuerte que no se puede subestimar. Horas después de que Teherán confirmara que sus instalaciones habían quedado «gravemente dañadas», Zamir dejó claro que esto no fue un simple accidente, sino una ofensiva sistemática. «No es un golpe localizado; hemos causado daños severos y profundos», sentenció con firmeza.
Las reacciones no se hicieron esperar
Las FDI, aunque advirtieron que aún era «demasiado pronto» para hacer una valoración completa, celebraron haber alcanzado todos sus objetivos. Este mensaje resonó con fuerza en Washington, donde el presidente Donald Trump no pudo contener su satisfacción. En su red social Truth Social, exclamó: «¡Israel acaba de declarar que las instalaciones nucleares fueron destruidas!». Pero como es habitual, también aprovechó para arremeter contra medios como CNN y ‘The New York Times’, a quienes acusó de minimizar el esfuerzo estadounidense y hacer quedar mal al país. «Estos reporteros son simplemente malas personas», afirmó Trump, dejando claro su desdén por la crítica.
Además, el Mossad se sumó al coro de celebraciones al asegurar que «la amenaza iraní» había sido «ampliamente neutralizada» gracias a la colaboración estrecha entre las FDI y Estados Unidos. Todo este lío comenzó el 13 de junio cuando Israel lanzó una ofensiva militar contra Irán, provocando que ambos países intercambiaran ataques; incluso Estados Unidos se metió en el juego bombardeando instalaciones nucleares iraníes. La respuesta de Teherán fue lanzar misiles contra una base estadounidense en Qatar, aunque afortunadamente sin causar víctimas.