El Parlamento de Irán ha tomado una decisión que no pasa desapercibida. Este miércoles, aprobaron suspender la colaboración con el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA). ¿Por qué? Todo se remonta a la ofensiva israelí del 13 de junio y las críticas que Teherán ha dirigido hacia el organismo internacional por su postura respecto al programa nuclear iraní.
Un camino incierto
La votación ahora tiene que pasar por el Consejo Supremo de Seguridad Nacional, un grupo que incluye a los jefes de las tres ramas del Gobierno y otros altos mandos. Ellos decidirán si esta medida avanza o se queda en papel mojado. Según lo estipulado, su labor es diseñar políticas de defensa y seguridad, pero también coordinar asuntos críticos para el país.
Y justo al día siguiente, Rafael Grossi, director general del OIEA, propuso a Irán una reunión rápida para buscar una solución diplomática. Pero desde Teherán no ven esto como un camino viable. El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Esmaeil Baqaei, arremetió contra Grossi acusándolo de traicionar el régimen de no proliferación. “Ha convertido al OIEA en una herramienta para favorecer a países que no son firmantes del Tratado de No Proliferación Nuclear”, aseguró Baqaei, dejando claro que estas tensiones están lejos de resolverse.
A medida que la situación se vuelve más tensa, con bombardeos recientes sobre instalaciones nucleares iraníes y acusaciones cruzadas entre naciones, nos preguntamos: ¿qué futuro les espera? Mientras Israel intenta frenar lo que considera una amenaza nuclear, Irán continúa desmintiendo cualquier intento militarizado. En este juego político lleno de incertidumbres y juegos estratégicos, la única certeza es que las decisiones tomadas hoy podrían tener repercusiones profundas en el mañana.