En medio de una crisis que se intensifica, Pakistán, Rusia y China han decidido alzar la voz y han presentado una resolución ante el Consejo de Seguridad de la ONU. La propuesta es clara: se necesita un alto el fuego inmediato e incondicional para evitar que la situación en Irán se descontrole aún más tras los recientes bombardeos estadounidenses.
Asim Iftijar Ahmad, representante pakistaní, no ha escatimado en palabras durante su intervención. «Esta resolución pide urgentemente la protección de los civiles y aboga por una solución diplomática aceptable para todos», dijo mientras la tensión seguía creciendo entre las naciones involucradas.
Acusaciones cruzadas y advertencias serias
No todo quedó ahí. En esta sesión también tomó la palabra Saeid Iravani, representante iraní, quien acusó a Estados Unidos de estar «en guerra» con Irán bajo un pretexto que él califica de absurdo. Las palabras fueron contundentes: Irán responderá cuando lo decidan sus Fuerzas Armadas. Además, puso en tela de juicio al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmando que este había arrastrado a EE.UU. a otra guerra innecesaria.
Aquellos que critican las acciones de Israel o Estados Unidos deberían preguntarse dónde estaban cuando Irán enriquecía uranio sin control. La comunidad internacional ha sido testigo del conflicto; incluso el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió sobre el peligroso giro que está tomando la región y pidió acción inmediata para detener los combates.
A medida que las tensiones aumentan y los ataques continúan, hay quienes claman por soluciones pacíficas antes de que sea demasiado tarde. El presidente del OIEA, Rafael Grossi, también hizo sonar alarmas sobre las implicaciones nucleares y la posible contaminación química si no se detienen estos enfrentamientos.
La pregunta persiste: ¿podremos aprender a negociar antes de caer en una espiral destructiva? La respuesta no solo afecta a estas naciones; está en juego el futuro de toda una región.