La tensión entre Israel e Irán ha escalado en los últimos días, y el reciente ataque aéreo israelí del 13 de junio ha puesto en jaque su sistema de defensa antiaérea. Este sistema, un verdadero laberinto de capas diseñado para proteger al país, se enfrenta a una prueba de fuego debido a los ataques por saturación que lanza Teherán. En este tira y afloja bélico, Israel se aferra a sus capacidades defensivas, mientras que Irán no escatima esfuerzos para ponerlas a prueba.
La Cúpula de Hierro y sus aliados
Desde la Guerra del Golfo en 1991, donde los misiles Scud de Irak dejaron huella en la memoria colectiva israelí, el país ha invertido considerablemente en mejorar su defensa aérea. Con la ayuda incondicional de Estados Unidos, Israel ha desarrollado un modelo multicapa que incluye la famosa ‘Cúpula de Hierro’. Este sistema ha sido el salvavidas durante numerosos enfrentamientos, interceptando cohetes lanzados desde Gaza y Líbano con una tasa de éxito impresionante.
No obstante, no todo es tan sencillo. La Cúpula es solo una parte del rompecabezas; junto a ella operan sistemas como ‘Honda de David’, encargado de derribar misiles balísticos y drones lejanos, así como el ‘Arrow’, que se especializa en interceptar proyectiles más avanzados. Pero aquí está la trampa: los recientes ataques por saturación empleados por Irán buscan sobrecargar estas defensas.
A medida que las fuerzas iraníes lanzan decenas de misiles y drones al mismo tiempo, las capacidades defensivas israelíes están siendo llevadas al límite. El objetivo es claro: desgastar el arsenal israeli y abrir brechas en su barrera defensiva. No son solo números; detrás de cada misil hay una estrategia diseñada para erosionar la confianza israelí.
El panorama se complica aún más con las declaraciones rimbombantes del régimen iraní afirmando que controla el espacio aéreo israelí. Mientras tanto, Israel enfrenta escasez crítica de interceptores ‘Arrow’, lo que deja abiertas oportunidades peligrosas para Irán. Un duelo donde cada movimiento cuenta y donde cualquier error puede tener consecuencias catastróficas.