La noche del terror ha dejado huellas imborrables en Kiev. El alcalde, Vitali Klitschko, ha confirmado que, tras un ataque devastador del Ejército ruso, diez personas han perdido la vida. Antes de este anuncio, se había hablado de catorce fallecidos, pero la realidad nos muestra una cifra más dura y escalofriante. A través de su canal de Telegram, Klitschko explicó que «hasta las 16:00 horas (hora local) se han contabilizado diez muertos». Sin embargo, advirtió que las labores de búsqueda continúan y no descartan hallar más víctimas entre los escombros.
Día de duelo en la capital ucraniana
En medio de esta tragedia, el alcalde ha proclamado este miércoles como día de luto. Las banderas ondearán a media asta y se prohíben todos los eventos festivos. Una decisión necesaria para honrar a quienes ya no están. Además, más de un centenar de personas han resultado heridas; una cifra que puede parecer fría pero detrás hay historias desgarradoras.
Svetlana Vodolaga, portavoz del Servicio Estatal de Emergencias, reveló que las discrepancias en los números surgen porque los rescatistas deben lidiar con la cruda realidad al retirar partes de cuerpos entre los escombros. Por otro lado, el gobernador de Odesa ha informado sobre dos muertes en su región debido a un ataque con drones rusos; uno fue una mujer anciana hallada bajo los restos.
No podemos pasar por alto las palabras del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. Ha calificado estos ataques como «terrorismo puro», apuntando que durante estas incursiones se han utilizado 440 drones y 32 misiles. En sus propias palabras: «Kiev ha enfrentado uno de los asaltos más horribles», extendiendo la preocupación a otras regiones como Zaporiyia o Chernígov. La situación clama por respuestas desde el resto del mundo frente a este horror.