En una trágica mañana que nadie esperaba, el Ministerio de Exteriores iraní alzó la voz este lunes para denunciar un nuevo ataque israelí. Esta vez, el objetivo fue el Hospital de los Mártires de Tajrish, a las afueras de Teherán. La devastación dejó un saldo terrible: 17 personas muertas, entre ellas una mujer embarazada y varios menores. Además, 46 heridos se cuentan entre los escombros de lo que fue un refugio para muchos.
Un crimen que no podemos ignorar
El portavoz del ministerio, Esmaeil Baqaei, no se contuvo al calificar este ataque como un auténtico crimen de guerra. En su cuenta de la red social X, expresó con firmeza: “El misil del régimen israelí impactó justo frente al hospital, en medio de peatones y coches detenidos por un semáforo en rojo”. El relato escalofriante continuó con la triste noticia de un niño inocente ahogado por una tubería rota tras la explosión. Entre las víctimas había también adolescentes y personas mayores, todos atrapados en esta espiral de violencia.
Baqaei visitó el complejo médico para hablar con los heridos y conocer sus historias. Entre ellos estaba “un veterano de guerra en coma” y “un joven peluquero esperando cirugía”. También se encontraba allí “un refugiado afgano” que había sufrido lesiones severas en ambas manos. Todo esto sucedió mientras las noticias sobre otro ataque a otro hospital en el oeste del país comenzaban a circular; aunque aún no se confirmaron víctimas, sí hubo daños importantes.
No podemos quedarnos callados ante tanto sufrimiento. ¿Hasta cuándo seguirán estos ataques? La comunidad internacional debe prestar atención a estos hechos desgarradores.