La situación se vuelve cada vez más tensa en Oriente Medio. Este lunes, el Ejército de Israel ha decidido lanzar un nuevo bombardeo en la capital iraní, Teherán. Los objetivos, según informan, serían instalaciones militares del régimen iraní. Pero lo que realmente inquieta es la orden de evacuación emitida para los civiles que residen en la zona, como si la vida de las personas fuera una mera estadística en este juego de poder.
Una advertencia que no se puede ignorar
Kamal Penhasi, portavoz del Ejército israelí, lanzó una advertencia por redes sociales a los habitantes del distrito tres de Teherán: «¡Abandonen la zona inmediatamente!». Con estas palabras, se deja entrever que el conflicto está lejos de resolverse y que las vidas civiles están en juego. Las defensas antiaéreas iraníes ya han respondido a estos ataques, confirmando que el cielo sobre Teherán es un campo de batalla abierto.
Y mientras tanto, dos altos mandos militares iraníes han perdido la vida tras estos bombardeos. Mohsen Bakri y Abu al Fald Nikuei son solo algunas de las bajas recientes en esta escalada violenta. Benjamin Netanyahu ya había anunciado otros fallecimientos previos entre las filas iraníes; así es como se alimenta este ciclo destructivo.
Desde el viernes pasado, Israel ha arremetido contra diversos objetivos dentro del territorio iraní: desde edificios civiles hasta instalaciones nucleares. Como respuesta, Irán no ha dudado en contraatacar con misiles y drones hacia territorio israelí. En medio de todo esto, nos preguntamos: ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar?