En una sombría mañana, el Ministerio de Salud de Irán ha hecho eco de una noticia desgarradora. Desde el inicio de la ofensiva militar israelí, que comenzó este pasado viernes, ya son 128 las vidas que se han apagado y más de 900 personas heridas. La cifra es un recordatorio brutal de la realidad que enfrentan muchas familias en estos momentos difíciles.
El portavoz del Ministerio, Hossein Kermanpour, no pudo ocultar su tristeza al informar que entre los fallecidos hay al menos 15 jóvenes menores de 20 años. Sin embargo, estas cifras podrían ser aún más alarmantes, ya que los equipos de rescate continúan buscando entre los escombros. Es un trabajo arduo y doloroso que revela lo devastador del conflicto.
El impacto en la comunidad y la respuesta internacional
A medida que la situación evoluciona, alrededor de 230 heridos ya han recibido el alta médica, pero eso no quita el peso del sufrimiento colectivo. En respuesta a esta crisis, los contraataques iraníes han dejado también su huella: al menos 13 muertos y más de 200 heridos, según fuentes oficiales israelíes.
No solo se trata de cifras frías; son historias humanas detrás de cada número. Mientras tanto, Francia, Alemania y Reino Unido han ofrecido a Irán reanudar las conversaciones nucleares. Pero en medio del caos y la desesperación, ¿será suficiente?