La situación en Oriente Próximo no da tregua. Pekín y Moscú han decidido dejar claro su desasosiego frente a los recientes ataques de Israel contra Irán, que han encendido aún más las llamas del conflicto. El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha manifestado su preocupación por el drástico aumento de las tensiones, afirmando que «Rusia condena firmemente este escenario escalofriante». Además, ha revelado que el presidente ruso, Vladimir Putin, recibe información constante sobre lo que ocurre en la región.
Por otro lado, desde Pekín se escucha un eco de inquietud. El portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Lin Jian, ha subrayado la “profunda preocupación” que siente China por estos ataques y las posibles consecuencias devastadoras que pueden acarrear. Lin no ha escatimado en palabras para denunciar la violación de la soberanía iraní y ha instado a todas las partes involucradas a hacer un esfuerzo real por lograr una paz duradera.
Ataques devastadores y un llamado urgente a la calma
Los bombardeos israelíes, lanzados en plena madrugada del viernes, han resultado letales: varios altos mandos militares iraníes han perdido la vida, incluyendo al comandante de la Guardia Revolucionaria y otros personajes clave relacionados con el programa nuclear. Este panorama sombrío lleva a muchos a preguntarse hasta dónde estamos dispuestos a llegar.
Tanto Rusia como China están pidiendo un alto al fuego y un diálogo constructivo. ¿Es demasiado pedir en medio de tanto caos? Mientras tanto, ambas potencias se ofrecen para facilitar una solución pacífica entre Washington y Teherán. La esperanza es lo último que se pierde, pero cada día parece más distante.