El pasado sábado, un tribunal surcoreano decidió que Mitsubishi Heavy Industries Ltd. tiene la obligación de indemnizar a Kim Han Soo, una mujer de 107 años que fue víctima del trabajo forzado durante la Segunda Guerra Mundial. La cifra asciende a 100 millones de wones, que se traduce en unos 605.280 euros. Esta sentencia es un giro inesperado tras un fallo anterior en 2022 que había desestimado su demanda.
Una lucha por la justicia
Kim, quien registró su denuncia en 2015, había visto cómo el sistema judicial surcoreano desestimaba su caso por cuestiones de plazos legales. Pero esta vez, el tribunal ha decidido reinterpretar las normas sobre los plazos de prescripción. Su nuevo análisis se basó en una decisión más reciente del Tribunal Supremo que reafirmó el derecho de las víctimas a recibir compensaciones por sus sufrimientos.
En palabras de Kim, recuerda con dolor cómo fue obligada a trabajar en un astillero japonés en 1944, bajo el yugo colonial japonés. Este fallo representa no solo una victoria personal para ella, sino también un paso significativo para todas aquellas víctimas cuyos derechos han sido ignorados durante demasiado tiempo.
A pesar del veredicto favorable, queda la incertidumbre sobre si Mitsubishi cumplirá con la orden. El Gobierno japonés sostiene que cualquier reclamo económico quedó cerrado con un tratado firmado en 1965 entre Corea del Sur y Japón. Sin embargo, los tribunales surcoreanos están firmes en exigir justicia individual para cada víctima.