MADRID, 5 de junio. Los mediadores internacionales han alzado la voz este miércoles, condenando con firmeza el ataque brutal que tuvo lugar a principios de semana contra un convoy de la ONU en Darfur Norte. Este horroroso incidente dejó cinco vidas perdidas, y las acusaciones entre el Gobierno sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) vuelven a arrojar sombras sobre una situación ya insostenible.
Un lamento por los caídos
El Grupo de Países Alineados para el Progreso hacia la Paz y el Salvamento de Vidas en Sudán (ALPS) ha expresado su profundo pesar por la pérdida de estos valientes trabajadores humanitarios, quienes dieron su vida intentando ayudar a quienes más lo necesitaban. En un comunicado cargado de dolor, hicieron hincapié en que estos ataques dirigidos contra civiles son una grave violación del Derecho Internacional Humanitario. ¿Hasta cuándo vamos a permitir que esto suceda?
No solo es una cuestión de números; son vidas humanas truncadas por la violencia. La necesidad humanitaria en Sudán ha alcanzado niveles críticos, y el ALPS, compuesto por países como Estados Unidos, Suiza y Arabia Saudí, hace un llamado urgente para que se respete plenamente la legislación internacional y se proteja a los civiles. Es hora de actuar.
Este ataque tuvo lugar en Al Koma, una ciudad actualmente bajo control paramilitar. Un convoy humanitario del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y UNICEF fue víctima de esta barbarie donde murieron cinco personas en plena misión humanitaria. Desde abril de 2023, Sudán se hunde aún más en el caos debido a discrepancias internas sobre cómo integrar las RSF en las Fuerzas Armadas. El recuerdo del derrocamiento del régimen de Omar Hasán al Bashir parece cada vez más lejano mientras el país enfrenta una crisis humanitaria sin precedentes.