En un panorama ya de por sí complicado, el presidente de Líbano, Joseph Aoun, ha alzado la voz este lunes para señalar algo que nos afecta a todos: la presencia de tropas israelíes en su territorio está poniendo una traba seria al despliegue completo de su Ejército. Según sus palabras, ya se han establecido en un 85% de las posiciones al sur del río Litani, pero aún hay cinco puestos ocupados que generan mucha inquietud.
Aoun no ha dudado en afirmar que esta ocupación y los continuos ataques obstaculizan cualquier avance hacia la estabilidad. En un encuentro con parlamentarios franceses, dejó claro que “lo que frena el despliegue total del Ejército es la continua ocupación israelí y su negativa a liberar a prisioneros libaneses”. Así las cosas, parece que el camino hacia una paz duradera se torna más difícil.
Compromiso y desafíos en tiempos difíciles
Sin embargo, no todo son sombras. El presidente destacó que Líbano ha cumplido con lo prometido respecto al alto el fuego en el sur y mantiene una colaboración estrecha con la Fuerza Interina de Naciones Unidas (FINUL). “La cooperación es excelente”, aseguró Aoun. Pero a pesar de estos esfuerzos, también admitió abiertamente que el país enfrenta múltiples desafíos internos y externos.
A medida que se intensifican las crisis financieras y económicas, así como problemas judiciales y corrupción, Aoun se muestra decidido: “Estamos trabajando para afrontar cada uno de estos retos”. Además, mencionó la atención constante del presidente francés Emmanuel Macron sobre la situación libanesa como un rayo de esperanza. En definitiva, un momento crucial donde Líbano intenta salir adelante entre dificultades enormes.