MADRID, 31 de mayo. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dejado claro que está dispuesto a entablar conversaciones con su homólogo chino, Xi Jinping. ¿El motivo? Buscar un entendimiento en torno a los aranceles. Esto llega después de que Trump acusara a China de «violar totalmente» el acuerdo que ambos países alcanzaron hace tan solo dos semanas para reducir esos gravámenes.
En sus propias palabras, Trump afirmó: «Violaron gran parte del acuerdo que hicimos. Si lees toda la declaración, fui muy amable con ellos y los ayudé porque estaban en problemas con la paralización de una gran cantidad de negocios. Pero estoy seguro de que hablaré con el presidente Xi y espero que lo solucionemos». Todo esto lo dijo desde su Despacho Oval, como si estuviera intentando mantener la calma en medio del torbellino.
Un camino lleno de altibajos
No obstante, no entró en detalles sobre cómo Pekín habría infringido ese acuerdo, aunque su secretario del Tesoro, Scott Bessent, también hizo eco del descontento al reconocer que las conversaciones comerciales están “algo estancadas”. Es curioso pensar cómo ambos países habían logrado llegar a un acuerdo el pasado 12 de mayo para rebajar aranceles recíprocos tras meses llenos de tensiones comerciales.
Aquel pacto prometía suspender los altos gravámenes sobre las importaciones chinas—que habían subido hasta un 145%—y recortar las tarifas impuestas por China a productos estadounidenses del 125% al 10%. Pero ahora parece que todo eso podría estar tambaleándose. En este escenario tan incierto, muchos nos preguntamos: ¿qué más está en juego?